martes, 27 de octubre de 2009

Travesía



Desde la primera ves que vi mi reflejo, no podía creer que fuese yo, uno no esta acostumbrado a ver su silueta con los ojos propios mas que los ajenos, y que la imagen del si mismo se conforma de recortes mentales impropios.
Al atravesar la gran muralla del no conocer, encontramos la visión del yo ser en uno, y juntamos dichos recortes tratando de formar un rompecabezas gestaltico, y nos ahondamos en la ardua tarea de extender más nuestra visión y el propio paisaje del si mismo.
Presentamos a cada mano con la otra para que se conozcan ambos hemisferios y puedan trabajar en unión y sincronía, en ves de hacerlo de manera independiente y competitiva; nos miramos al espejo y creemos saber quien es la persona que nos devuelve la mirada y tratamos de simbolizarla en nuestra retina y mente, sin embargo esa extensión de visión no es más que algo superficial.
Cada quien tiene diferentes experiencias (y expectativas) del conocimiento mismo, pero no del todo integrado, y avanzamos a través de las casillas de la vida tratando de comprender lo que nos rodea, pero el entendimiento parte en la propia estancia espiritual.
Hay fragmentos de lo que posiblemente puede ser, y tratamos de buscar alguna solución o darle un nombre concreto, pero siempre que este fuera del si mismo, sin embargo todo esta en uno, en saberse enumerar las propias definiciones y habilidades, y ¿por qué no? las propias debilidades también, y llegado a ese momento podremos tener al fin una imagen definitiva del propio reflejo encontrado.

1 comentario:

Julie dijo...

De eso se trata la travesía de encontrar la esencia de uno mismo... Hay cosas que puede mostrarte la gente, como los pequeños retazos y otras cosas sólo las descubres tú... Sabes donde puedes llegar.

Pucha Nare qué rico verte de vuelta acá amiga, te extrañaba ene. Un abrazo amiga.